"El hombre del futuro", de Amaya Espinoza, según el escritor Fernando Iwasaki, es más bien una mujer, porque la artista construye el relato desde su infancia, pinta los cariños que percibió de niña, conjura memorias que adquieren texturas, narra cómo esas figuras familiares eligieron soledad de otros marcos e incluso nos cuenta cómo se fueron difuminando y disolviendo hasta adquirir la sustancia de una transparencia.